Un trabajo realizado en la UGR apunta que las medidas establecidas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, basadas en la congelación de activos, no han conseguido interrumpir la financiación de la banda terrorista. Al Qaeda ha utilizado desde su fundación distintos mecanismos para obtener fondos de facilitadores financieros, organizaciones caritativas y empresas.