Un depredador extremadamente eficaz, así era el anficiónido Magericyon anceps, miembro de una familia extinta emparentada con los cánidos y los úrsidos. El análisis de sus fósiles, realizada por paleontólogos del Museo Nacional de Ciencias Naturales y de la Universidad de Alcalá, revela que este mamífero carnívoro del tamaño de una leona tenía un cuello dotado con una fuerte musculatura que le permitía matar y descarnar a sus presas.