Hace entre 15.000 y 6.000 años, se utilizaban ocres y otros colorantes para el arte prehistórico, pero también para la protección de la piel y como pintura corporal, entre otros usos. Un equipo, liderado por la Universidad de Valencia, que muestra por primera vez cómo se obtuvo y se aprovisionó el óxido de hierro para transformarlo en los ocres de uso doméstico.
Investigadores europeos han analizado las nanopartículas de una fase poco común del óxido de hierro, llamada fase épsilon, bajo condiciones extremas de presión parecidas a las del interior de la Tierra. El estudio revela que esa fase rara podría encontrarse en el interior de nuestro planeta. Además, bajo esas condiciones aparece otra fase, la épsilon prima, con propiedades magnéticas radicalmente distintas a las conocidas y que se podrían aplicar en nuevos dispositivos.
Investigadores de la Universidad de Córdoba participan en un proyecto que busca biomarcadores de cáncer en orina, saliva o aliento utilizando la nanotecnología. La técnica se basa en nanopartículas magnéticas de óxido de hierro que usa imanes para separar el extractante, lo cual permite acelerar el procedimiento, según los autores.
Investigadores de la Universidad de Córdoba han usado por primera vez la hematita, un tipo de óxido de hierro, para eliminar otra clase de óxidos muy contaminantes: los de nitrógeno. Estos crean las 'boinas' parduzcas que cubren Madrid y otras grandes ciudades cuando hay tiempo estable y mucha contaminación.