Los investigadores, que efectuaron un seguimiento a 5.840 personas desde antes de su nacimiento hasta la edad de 31 años, han hallado pruebas que sugieren que un pequeño tamaño al nacer y un excesivo aumento de peso durante la adolescencia y la adultez temprana pueden dar lugar a una inflamación de bajo grado que, a su vez, se asocia a un mayor riesgo de desarrollar cardiopatía.