Para optar a un Óscar lo mejor es ser un actor estadounidense que actúe en una película en la que se refleje la cultura de ese país. Esta es una de las conclusiones de un estudio realizado por investigadores de Psicología de la Universidad de Queensland, en Australia, que indica cómo el reconocimiento creativo se ve reforzado por la identidad social compartida entre los que premian y los premiados.
La última edición de los Óscar será recordada por ser la noche de Birdman, pero también por premiar como actor y actriz principal a Eddie Redmayne y Julianne Moore, que interpretaban, respectivamente, a dos personajes afectados por una enfermedad neurológica. Esta noche, la ELA y el alzhéimer cobraron protagonismo entre las estrellas de Hollywood.