Las autoridades australianas confirmaron este jueves que han sacrificado 43 ballenas piloto que quedaron varadas, junto a otras 54 que murieron durante la víspera, en una playa del suroeste del país.
“El operativo no fue tan bien como esperábamos. Obviamente no era el resultado deseado”, apuntó Peter Hartley, oficial del Departamento de Biodiversidad y Conservación de la región Australia Occidental, donde ocurrió el varamiento masivo.
El Servicio de Parques regional avistó el miércoles a un grupo de casi un centenar de ballenas piloto que quedaron varadas en la playa Cheynes, una ensenada protegida de Australia Occidental que está rodeada por un parque y una reserva natural.
Más de medio centenar de ballenas perdieron la vida ese día, mientras que los equipos de rescate, veterinarios, expertos en fauna marina y unos 250 voluntarios lograron en un primer momento remolcar a aguas profundas a las supervivientes. No obstante, horas después este grupo volvió a quedar varado.