Durante una serie de observaciones a principios de este año, la sonda Rosetta capturó inesperadamente una espectacular emisión en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko el 19 de febrero. Según los expertos, el estallido podría haber sido provocado por un deslizamiento de tierra.
Cuando ocurrió la explosión, nueve de los instrumentos de Rosetta, incluidas sus cámaras, colectores de polvo y analizadores de gas y plasma, vigilaban el cometa a unos 35 km de distancia.
“A lo largo del pasado año, Rosetta ha demostrado que, aunque la actividad que provocan puede prolongarse, estas emisiones son altamente impredecibles, por lo que capturar un evento así fue cuestión de suerte”, comenta Matt Taylor, científico del proyecto Rosetta de la Agencia Espacial Europea, que informa ahora del suceso.
“Dio la casualidad de que, en ese momento, la mayoría de los instrumentos apuntaban al cometa y, ahora, todas esas mediciones simultáneas nos ofrecen los datos más completos jamás recogidos sobre una emisión”, concluye Taylor.