Claudia llegó al hospital Clinic de Barcelona después de cuatro años con una tos imposible de quitar. Tras muchas pruebas, le diagnosticaron una grave tuberculosis y se pensó en una solución hasta ahora inédita: transplantar su tráquea por otra fabricada a su medida. Era la primera vez que se intentaba algo así. La tráquea de una donante era lavada hasta 25 veces para eliminar todo tipo de células. Una vez limpia, se ensuciaba de nuevo, en este caso con células obtenidas de la propia paciente. Ahora sólo quedaba reemplazar una pieza por otra traquea. El resultado fue muy bueno. Tan bien resultó que a los diez días estaba en casa. Claudia fue operada en junio y desde entonces, respira tranquila.
