Desde el pasado 1 de octubre, el barco Plastic Odyssey surca los mares con un ambicioso objetivo: acabar con los plásticos que llegan al océano y se desintegran en micropartículas irrecuperables que contaminan el planeta e invaden la cadena alimentaria humana.
La embarcación, que aspira a realizar una expedición de tres años parando en treinta países del sur global, partió de la sureña ciudad francesa de Marsella, pasó por Líbano, Egipto, Túnez y Marruecos y desde el pasado 14 de febrero fondea en Senegal, un lugar clave al ser donde en 2016 nació la idea de esta iniciativa.
"Uno de los cofundadores pertenecía a la marina mercante y viajó por todo el mundo en grandes barcos, y vino aquí a Senegal, donde le marcó la contaminación por plásticos en los litorales y trató de encontrar una forma de actuar", explica Morgane Kerdoncuff, directora del programa de escalas del Plastic Odyssey.
"Es sobre todo en los litorales, en las costas, donde vemos la contaminación marina. Lo que imaginamos es que el plástico se queda flotando”, señala Kerdoncuff desde el interior del navío, amarrado en el embarcadero de la isla Gorée, en el centro de Dakar. “En realidad, el plástico no flota en la superficie, se hunde muy rápidamente y se descompone en micropartículas".