Con más de 25 años de experiencia en la carrera aeroespacial, Israel se ha volcado en la fabricación de satélites versátiles, de bajo coste y de pequeño tamaño, y se encamina ahora hacia modelos tan reducidos que no superan el medio metro de altura. Estos nanosatélites, como ya se los denomina, formarán parte de la realidad espacial en las próximas décadas, aunque por el momento se encuentran en fase experimental más que otra cosa porque su rentabilidad y funcionalidad están por demostrarse.
"Por ahora suelen ser para universidades o tener un propósito educativo", dice Ofer Doron, presidente ejecutivo de la división espacial de la Industrias Aeronáuticas Israelíes (IAI), durante una visita para periodistas a la bien custodiada instalación MBT Space en la ciudad de Yehud, al este de Tel Aviv.