La llaman el milagro Carla. Tiene sólo 16 días y duerme tranquila, como tranquilos respiran sus padres porque está sana. Su padre y su abuela padecen una rara enfermedad hereditaria y degenerativa que paraliza los músculos, pero ella no la sufrirá. Por eso se han sometido a una técnica innovadora. Una fecundación in vitro en la que se puede detectar el gen de la enfermedad. Con Carla se rompe la herencia. Sus hijos tampoco sufrirán la enfermedad. De momento es hija única, pero sus padres dicen que por poco tiempo.