La auxiliar de enfermería Teresa Romero pudo contagiarse del virus del Ébola al tocarse la cara con los guantes cuando se retiraba el traje protector con el que había atendido al religioso Manuel García Viejo, fallecido a causa de la enfermedad en el hospital Carlos III de Madrid.
Así lo ha admitido la paciente, según ha relatado a los periodistas el doctor Germán Ramírez, de Medicina Interna del Hospital La Paz y miembro del equipo que la atiende. Ramírez ha señalado que, aunque Romero está confusa "con tanta llamada telefónica", le ha explicado que pudo ocurrir este "accidente" al tocarse la cara con los guantes que llevaba puestos y con los que había atendido al misionero.