Iitate es un pueblo fantasma. Sus 6.000 habitantes tuvieron que abandonar hace ya casi cuatro años esta montañosa localidad agrícola situada a 40 kilómetros de la central nuclear de Fukushima y la radiación no les deja volver.
El accidente del 11 de marzo de 2011, cuando un terremoto y un posterior tsunami golpearon fatalmente la planta, cambió el destino de este lugar considerado un paraíso por sus habitantes y que ostentaba el honor de ser uno de los pueblos más bonitos de Japón.