Excitan, aíslan, promueven la competencia, generan agresividad y ahora también curan. Las videoconsolas llegan a los hospitales y no como divertimento de los pacientes, sino para ayudarles en su recuperación. Se usan en la rehabilitación de algunos pacientes parapléjicos, para mejorar la visión en niños con estrabismo, para controlar el párkinson o como motivación de niños autistas. La enorme estimulación de reflejos que llega de la mano de los videojuegos se ha convertido en una potente herramienta para mejorar sensiblemente la rehabilitación de pacientes aquejados de estrabismo, párkinson o paraplejía.
Son muchos los hospitales que apuestan por el poder curativo de los videojuegos. Un poder que ayuda a mejorar los movimientos de los pacientes con párkinson o con parálisis, que corrige los defectos de visión de los niños, que mejora los reflejos de los adultos y que ayuda a los autistas a relacionarse con su entorno. La consola se cura en salud.