En una aldea de Sudáfrica 400 seropositivos, casi todos niños y huérfanos, plantan cara al VIH.
Los datos asustan: cada día 1.500 nuevos contagios en el país motor del continente africano. El SIDA corre como la pólvora. De maridos a esposas y de madres a hijos.
De ellos, 400.000 mueren al año. En la aldea de los gorriones hay un pájaro por cada muerto.
La reverenda Mclintó y las donaciones recibidas han conseguido reducir sobremanera el número de muertes, pero no hay retrovirales para todos. Tampoco ayuda la arraigada poligamia o que haya políticos que digan que el SIDA se cura con ajo y apio.