La salud de las personas depende en gran medida de sus condiciones de vida y trabajo, por ello, cuando la responsabilidad de combinar el trabajo remunerado y el cuidado de la familia recae sobre uno de sus miembros, la salud se resiente. En los países con políticas familiares tradicionales, como España, este papel lo ejecutan esencialmente las mujeres y eso se ve reflejado en la mayor proporción de mujeres que manifiestan tener una mala salud: un 27% más que los hombres. Esta proporción marca una desigualdad de género en salud, superior a la de otros países con distintos tipos de políticas de familia.
Estas son las conclusiones a las que ha llegado el equipo de investigación del proyecto europeo SOPHIE, el cual recalca la existencia de políticas públicas que pueden incidir y reducir esta desigualdad de género en salud. En este vídeo, elaborado por el propio equipo investigador del proyecto, se muestran algunos de los resultados obtenidos en varios estudios sobre la salud de mujeres y hombres en diferentes países europeos, categorizados según su modelo de política de familia.