Una nueva técnica permite unir hebras cortas de ADN para formar nanoestructuras tridimensionales con diversas formas. “Las pequeñas cadenas de nucleótidos actúan como ladrillos o piezas de Lego que se ensamblan y dan lugar a estructuras que pueden tener aplicaciones en la medicina, la biofísica y la electrónica”, según explican los autores de un trabajo que se publica en Science.