El cerco al plástico se sigue estrechando. China, el país más contaminante del mundo, ha prohibido fabricar o distribuir cualquier tipo de bolsa ultrafina, esas que se reparten gratis en todas las tiendas.
El gigante asiático se ha apuntado al carro ecológico empujado por las estadísticas. Según los estudios, el 70 por ciento el agua de sus ríos es inservible y la mala calidad del aire ha disparado las muertes por enfermedades pulmonares.
Muchos ciudadanos, de hecho, lamentan que la 'ley de las bolsas' no haya ido más lejos.
Ecología y economía. El Gobierno chino ha calculado que cada año consumen 37 millones de barriles de petróleo sólo para fabricar bolsas de supermercado. Ahora, con el precio del oro negro por las nubes, es el momento, dicen, de volver a las tradicionales cestas.