Saber cómo se comporta cada modelo de vehículo antes, durante y después de la colisión; y además, lograr una mayor precisión frente a los sistemas actuales, todo ello simplificando los cálculos al máximo. Así podría resumirse las aportaciones del nuevo sistema que está desarrollando en la Universidad de Oviedo un grupo de profesores de Ingeniería e Infraestructura de los Transportes y de Ingeniería Mecánica.