La sonda Lunar Crater Observation and Sensing Satellite (LCROSS) de la NASA, que el 9 de octubre iba a impactar en el cráter Cabeus A de la Luna para buscar agua helada, lo hará en el cráter Cabeus, ya que presenta concentraciones más altas de hidrógeno. La decisión se basa en una evaluación de todos los datos científicos (incluyendo observaciones de las naves Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), Lunar Prospector (LP), Chandrayaan-1 y la sonda Kaguya de la JAXA) y en las consultas realizadas a diversos expertos.
Los modelos muestran un pequeño valle en una sierra alta del perímetro del cráter Cabeus, lo que permitirá que la luz solar pueda iluminar la nube eyectada por la sonda durante el impacto. Los datos que se obtengan después podrían ser de vital importancia para la planificación de futuras misiones a la Luna.