Hubo que esperar hasta el 13 de marzo de 1781 para que astrónomo William Herschel anunciara el descubrimiento del que sería el primer planeta descubierto por un telescopio, y no por la trayectoria que describía en el cielo, tal y como fueron descubiertos el resto de planetas hasta entonces conocidos.
El 15 de noviembre de 1738 nació en la ciudad alemana de Hannover el astrónomo y músico William Herschel, que en 1781 observó por primera vez el séptimo planeta del sistema solar: Urano. Inicialmente lo bautizó con el nombre de Jorge en homenaje al rey Jorge III de Inglaterra, país donde el científico desarrolló su carrera y murió en 1822. Es curioso que Herschel viviera el mismo tiempo que tarda Urano en completar su periodo orbital, 84 años.
Durante su juventud en Alemania estudió música, y se unió a su padre y hermano en la banda de un regimiento de infantería. Pero los muertos y los desastres de la Guerra de los Siete Años, en la que participó en 1757, le impactaron tanto que motivaron su viaje a Inglaterra. Allí profundiza en sus estudios musicales y llega a ser organista en Halifax y director de orquesta en Bath. Pero la lectura en 1773 del libro Astronomía de Ferguson cambiaría su carrera profesional.
Herschel se convierte en un astrónomo y científico ilustrado, que fabrica los mejores telescopios de su tiempo. De hecho construyó el que sería el más grande durante más de 50 años, con un diámetro de 1,2 metros. Su prestigió se extendió por toda Europa. Cuando en 1801 viajó a París para reunirse con Laplace y Messier, al enterarse Napoleón no dudó en invitar a los tres distinguidos científicos a su despacho para conocer sus investigaciones.
Sin embargo fueron las tropas napoleónicas las que destruyeron en Madrid el telescopio que Herschel había instalado al lado del Real Observatorio, en una colina del Parque del Retiro cerca de Atocha. Hoy se puede visitar la sala donde se conserva una réplica exacta del instrumento.
Además de planetas, Herschel descubrió lunas –como Encélado de Saturno–, cometas, más de 2.500 galaxias y nebulosas, y desarrolló un modelo de la Vía Láctea. La Agencia Espacial Europea (ESA) bautizó en 2009 a su mayor telescopio espacial con el nombre de Herschel.