El 5 de agosto de 1963 se ratificó en Moscú, en la antigua Unión Soviética, el Tratado de prohibición parcial de ensayos nucleares en la atmósfera, en el espacio exterior y bajo el agua. Es decir, se prohibían todas la pruebas de detonaciones nucleares con la excepción de las realizadas bajo tierra. Además del país anfitrión, los firmantes fueron Estados Unidos y Gran Bretaña.
Una de las principales razones por la que se firmó el tratado vino de la preocupación creciente por las pruebas nucleares que se hacían bajo el agua, en la atmósfera o en la superficie por parte de las principales potencias nucleares. La situación se agravó en los 50, EE UU probó con éxito una bomba de hidrógeno y un dispositivo termonuclear y cuando los soviéticos en los 60, hicieron detonar una ojiva nuclear.
La Unión Soviética propuso inicialmente la prohibición en la década de los 50. Sin embargo, ellos solo aceptaban firmar siempre que no hubiese ningún tipo de protocolo de vigilancia. Tras un proceso de estancamiento en las negociaciones, finalmente en 1963 la Unión Soviética accedió a firmar el Tratado. No obstante, otros países como China y Francia no lo firmaron en aquel momento y realizaron pruebas de armas nucleares. Corea del Norte nunca ha llegado a formar parte de él, llevando a cabo también diversas pruebas con armas nucleares.