Hace un año se ponía en marcha uno de los proyectos científicos más ambiciosos de la última década: el Gran Colisionador de Hadrones (LHC por sus siglas en inglés). En las instalaciones del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) se puso en marcha la primera inyección de partículas de este complejísimo instrumento dedicado a dar respuesta a muchas incógnitas científicas. Una conexión eléctrica defectuosa en uno de los cables superconductores del acelerador fue la responsable de un falló que obligó a detener los experimentos. Se espera que a lo largo de este curso el LHC vuelva a ponerse en funcionamiento.