El 25 de julio de 1920 nació Rosalind Franklin, autora de la imagen que hizo visible el secreto de la vida: la hélice de ADN.
Mediante técnicas de difracción de rayos X, esta mujer –nacida en el cinematográfico barrio de Notting Hill, en Londres– consiguió revelar la estructura de doble hélice de la molécula.
Nacida en el seno de una eminente familia judía inglesa, fue educada en escuelas privadas donde destacó en todas las materias y deportes.
A los 18 años fue aceptada en la Universidad de Cambridge (Reino Unido) donde se licenció en biofísica a los 21 años. Aunque le fue otorgada una beca de estudios, decidió donarla a los estudiantes refugiados de la Segunda Guerra Mundial.
Tras ganar una beca de investigación en Cambridge y realizar su postdoctorado sobre el uso del carbón, en 1947 viajó a París como investigadora posdoctoral, donde se convirtió en una experta cristalógrafa de rayos X.
Pero no fue hasta 1953, tras unirse al King’s College de Londres, cuando Rosalind tomó la famosa fotografía 51, que descubrió al mundo la estructura helicoidal del ADN.
En abril de ese mismo año la revista Nature publicó el artículo “Estructura molecular de los ácidos nucleicos”. Sin embargo, la sociedad machista le dio la espalda: su autoría no le fue reconocida y quedó relegada a una mera asistente técnica.
Murió a los 37 años, el 16 de abril de 1958, víctima de un cáncer de ovario.