Berlín, 14 de diciembre de 1900. En una reunión de la Sociedad Alemana de la Física, el físico Max Planck presentó un trabajo titulado La teoría de la ley de distribución de energía del espectro normal que, en aquel momento, pasó sin pena ni gloria ante los ojos de sus compañeros. Sin embargo, acababa de nacer la física cuántica.
En aquellos tiempos, con las teorías de Newton y Maxwell, la física parecía estar completa, y los físicos pensaban que todo lo que quedaba por explicar se podría interpretar con las leyes ya conocidas. Uno de los problemas sin resolver era el de la radiación del cuerpo negro, un sistema idealizado, que absorbe toda la energía sin reflejar nada, con el que los físicos estudian la radiación electromagnética. Las ideas clásicas daban por hecho que los cuerpos emiten radiación de forma continua, y no eran capaces de explicar el espectro del cuerpo negro.
Planck propuso una idea revolucionaria que resolvía la cuestión: la radiación no es emitida de forma continua sino en cuantos de energía discreta, los fotones. La energía de estos cuantos es proporcional a su frecuencia, lo que se expresa a través de una de las leyes más importantes de la física: la ley de Planck.
En 1918 sería galardonado con el Premio Nobel de Física. Falleció en Gotinga (Alemania), el 4 de octubre de 1947.