El día 8 de octubre de 1958, en el Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), el cirujano cardíaco Ake Senning implantaba el primer marcapasos interno de la historia.
El paciente receptor fue el sueco Arne Larsson, de 43 años, cuya esposa, enterada de los ensayos llevados a cabo con estos dispositivos en perros, contactó con el médico debido a la crítica situación de su marido que sufría una grave dolencia cardíaca.
Este primer mecanismo fue diseñado por Rune Elmqvist, ingeniero de la compañía Elema-Schonander. Tenía forma circular y disponía de dos transistores de silicio y una batería de níquel-cadmio recargable mediante un sistema externo.
Se fabricó a mano y sus dimensiones (55 mm de diámetro y 15 mm de ancho) estaban determinadas por el molde donde fue fijado a la resina que lo recubría: una cajita de cera abrillantadora para zapatos de la marca British Kiwi.
Por desgracia, este primer marcapasos dejó de funcionar a las tres horas de la operación, probablemente por haber resultado dañado durante su introducción en el cuerpo del paciente. Aunque fue sustituido por una unidad similar, esta también falló a la semana.
En noviembre de 1961 Senning tuvo que intervenir al enfermo para insertarle un nuevo modelo que fue reemplazado en enero del año siguiente. Arne Larsson recibió un total de 26 de estos dispositivos a lo largo de su vida. El sueco murió en 2001 a los 86 años de edad.