Elisabeth Blackewell (1821-1910) fue una de esas pioneras que abrieron el camino en la lucha por los derechos de las mujeres. Nació en Bristol (Reino Unido) en el seno de una familia cuáquera que proporcionó a sus hijas la misma educación que a sus hijos, ya que según sus convicciones religiosas, mujeres y hombres (y blancos y negros) son iguales ante los ojos de dios. En 1832 la familia emigró a EEUU. Blackwell se dedicó a impartir clases para poder sufragarse la carrera de Medicina y logró ser admitida en el Geneva College de Nueva York. Ahí, pese a los prejuicios de sus profesores y a la hostilidad de muchos de los alumnos, Blackwell logró licenciarse en 1849 como la primera mujer médica de EEUU, además de ser la primera de su promoción.
A pesar de estos logros, Blackwell tuvo que viajar a París para poder ejercer porque ningún hospital estadounidense se lo permitía. En 1857, ya de vuelta en EEUU, fundó con su hermana Emily y con Marie Zakrzewska el Hospital para Mujeres Indigentes y Niños de Nueva York, en el que durante la Guerra Civil entrenaron a muchas mujeres como enfermeras. Después de la Guerra fundaron el Colegio Médico de Mujeres para formar enfermeras y médicas; años después haría lo mismo en Londres, donde impartió clases de ginecología.