En 1686, el 28 de abril, vio la luz la primera parte de una obra que marcaría un punto de inflexión en la historia de la ciencia: los Philosophiæ naturalis principia matemática, o Principios matemáticos de la filosofía natural de Isaac Newton (1643-1727), cuya primera edición completa se presentaría el 5 de julio del año siguiente.
La obra, que publicó de forma completa al año siguiente, contiene los fundamentos de la física y la astronomía, y en ella Newton formula sus famosas tres leyes del movimiento.
Gracias a su intuición de que las leyes que gobiernan el movimiento en la Tierra son las mismas que rigen los cuerpos celestes, Newton pudo formular y presentar la ley de la gravitación universal.