Jean-Paul Sartre (1905-1980) fue uno de los filósofos y escritores más influyentes del siglo XX. En sus comienzos, le influyeron pensadores como Bergson, Husserl y Heidegger. Durante la Segunda Guerra Mundial, formó parte del ejército francés y fue hecho prisionero por los nazis, una experiencia que le marcó y le llevó a reformular y elaborar muchas de sus ideas.
Sartre es uno de los máximos exponentes del existencialismo, junto con su compañera y filósofa Simone de Beauvoir. Considera que el ser humano está condenado a ser libre y que es responsable de sus actos. A diferencia de filósofos precedentes, Sartre afirma que en el ser humano la existencia precede a la esencia: “Nuestra esencia, aquello que nos definirá, es lo que construiremos nosotros mismos mediante nuestros actos”.
Jean-Paul Sarte también destacó por su activismo y pensamiento político, relacionado con el marxismo. Su trayectoria comenzó en Socialismo y Libertad, grupo de resistencia francesa contra los nazis, para pasar por una breve afiliación al partido comunista francés, su posterior oposición al estalinismo y acercamiento al maoísmo, o su apoyo a las luchas anticoloniales como la de Argelia o Vietnam y a los estudiantes del mayo francés. En 1964 rehusó el Premio Nobel de Literatura y dos años después creó, junto con otros intelectuales como Bertrand Russell, el Tribunal Russell para juzgar crímenes de guerras como la de Vietnam.