Cada 6 de febrero se celebra el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina. Esta práctica implica la alteración o lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos e internacionalmente es reconocida como una violación grave de los derechos humanos, la salud y la integridad de las mujeres y las niñas, según la ONU.
Más de 200 millones de niñas y mujeres han sufrido mutilación genital femenina. Cada año, casi 4,4 millones de niñas correrán el riesgo de sufrir esta práctica nociva, lo que equivale a más de 12.000 casos diarios.
Puede causar complicaciones de salud a corto y largo plazo, incluido dolor crónico, infecciones, sangrados, mayor riesgo de transmisión del VIH, ansiedad y depresión, complicaciones durante el parto, infecundidad y, en el peor de los casos, la muerte.
A pesar de que esta práctica se concentra en cerca de 30 países de África y de Oriente Medio y Asia meridional, así como algunos países asiáticos (India, Indonesia, Iraq y Paquistán) y algunas pequeñas comunidades de Latinoamérica, es un problema universal. Asimismo, persiste en las poblaciones emigrantes que viven en Europa Occidental, en Norte América, Australia y Nueva Zelanda.
Para erradicar la mutilación genital femenina es necesario realizar esfuerzos coordinados que involucren a las comunidades enteras y que se enfoquen en los derechos humanos y en la igualdad de género. También deben atenderse las necesidades de salud sexual y reproductiva de las mujeres y niñas afectadas.