Thomas Alva Edison necesitó 14 meses de investigación, una inversión de 40 mil dólares y más de 1.200 experimentos para presentar el 21 de octubre de 1879 la bombilla eléctrica. El anuncio se hizo en su laboratorio de Menlo Park (Nueva Jersey), donde vieron radiar la bombilla por primera vez durante 48 horas seguidas.
Si bien es cierto que Edison no era el primer hombre en crear una bombilla incandescente –el científico inglés Humbphrey Davy ya había construido una potente lámpara eléctrica a principios de 1800– lo cierto es que la suya duraba más tiempo y requería menos energía, pues estaba hecha de bambú carbonatado.
El anuncio de la bombilla tuvo una gran repercusión; en primer lugar, porque Edison ya era un inventor reconocido y tenía multitud de beneficios procedentes de sus inventos, como el telégrafo, las mejoras del teléfono y el flamante fonógrafo; y segundo, porque su desarrollo se había retrasado más de lo esperado: tardaron 14 meses cuando anunciaron en un principio que no tardarían más de cuatro.
Tras la enorme acogida que tuvo la noticia en los medios, en Nochevieja, 3.000 personas visitaron el laboratorio en Menlo Park para presenciar 40 bombillas incandescentes. Edison las encendió y apagó, deslumbrando y deleitando a sus invitados. Todos ellos asistían al nacimiento de la luz eléctrica.