El 24 de marzo de 1989 Alaska sufrió la mayor catástrofe ecológica de su historia. El barco petrolero Exxon Valdez encalló en Prince William Sound, cerca del golfo de Alaska y vertió 40,9 millones de litros de crudo en las aguas de la costa. A pesar de que el vertido no fue de los más abundantes que se han producido, fue uno de los más dañinos de la historia en términos medio ambientales. Miles de especies perecieron a causa del petróleo, entre ellas medio millón de aves marinas o 22 ballenas. Veinte años después, la zona no se ha recuperado del todo; según diferentes estimaciones científicas, se calcula que tendrá que pasar otra década hasta que la costa vuelva a su estado original.