El 24 de junio de 1983, la astronauta Sally Ride regresó sana y salva a la Tierra tras un viaje espacial de seis días a bordo del Challenger. Ride, que entonces tenía 32 años, se había presentado al programa de entrenamiento de la NASA en 1978, junto con otras 1.000 mujeres y 7.000 hombres. Los responsables del vuelo espacial declararon que Ride, que fue la primera mujer estadounidense que viajó al espacio, había sido escogida por sus habilidades y no por su género. Durante el viaje, las labores de Ride consistieron en monitorizar los controles, asegurarse de que todo iba bien al despegar y al aterrizar, y controlar un brazo retractable de 15 metros.