El 21 de julio de 1904 se inauguró el ferrocarril transiberiano. Con una extensión de 9.288 km, une Moscú con la costa rusa del océano Pacífico, más precisamente con Vladivostok, localizada en el Mar del Japón o Mar del Este, y cuyo significado en ruso es “poder sobre oriente”. Esta vía atraviesa la mayor parte de la que fue Asia soviética. Su recorrido comprende ocho zonas horarias y demanda cerca de seis días de viaje.