Hace un año, 24 trabajadores de mataderos de cerdos en Minnesota, Indiana y Nebraska (EE UU) cayeron enfermos de un raro trastorno neurológico. Los síntomas que presentaban –dificultades al andar, debilidad, dolor y fatiga, entumecimiento de brazos y piernas- no se ajustaban a los de ninguna enfermedad conocida. Todos ellos habían estado en contacto o trabajado en un área de la fábrica donde se usaba aire comprimido para extraer los cerebros de los cerdos. Ahora, un equipo de neurólogos de la Clínica Mayo de Rochester, que ha examinado a los trabajadores, ha identificado la dolencia como una nueva enfermedad nerviosa, una polirradiculoneuropatía de preponderancia sensitiva. Todos los pacientes tienen un anticuerpo único nunca antes visto. La exposición a los cerebros de cerdos parece haberles hecho desarrollar una respuesta autoinmune que ha provocado el daño neurológico. Los resultados del estudio se presentan hoy en el 61 Encuentro Anual de la Academia Americana de Neurología en Seatle.