Un nuevo estudio realizado por un equipo internacional de investigadores sugiere que la pérdida y la duplicación de fragmentos completos de ADN en diferentes ubicaciones de nuestros genomas intervienen en los trastornos del espectro autista. Los científicos quieren comprobar ahora si las pruebas que permiten identificar este tipo de modificación genética podrían ayudar a diagnosticar nuevos casos de autismo.