Aunque aparecieron con una diferencia de más de 90 años, los virus de la gripe responsables de las pandemias de 1918 y 2009 comparten una característica estructural que les hace a ambos susceptibles de ser neutralizados por los mismos anticuerpos. El hallazgo podría ayudar a diseñar vacunas similares contra futuras cepas pandémicas del virus de la gripe.