La proteína beta-amiloide, el principal componente de las placas encontradas en los cerebros de los pacientes de alzhéimer, podría constituir la primera línea de defensa del cuerpo contra la infección. Un estudio, publicado hoy en la revista PLoS One, revela cómo entender el funcionamiento normal de esta proteína podría propiciar estrategias terapéuticas preventivas.