Como si se tratase de una de las conocidas muñecas rusas, un grupo de astrónomos liderado por investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha encontrado el primer ejemplo de tres cáscaras de supernova concéntricas.
Los resultados, publicados en Monthly Notices Letters of the Royal Astronomical Society, ayudan a entender el fenómeno de retroalimentación, un proceso clave que controla la formación estelar en los discos galácticos y la diseminación de los elementos químicos producidos en las estrellas masivas.
Las burbujas se suelen mezclar, e incluso fusionar con cierta rapidez, pero hasta ahora no se había encontrado burbujas concéntricas coexistiendo.
Los expertos hallaron este objeto mientras observaban una de nuestras galaxias vecinas, M33 o galaxia del Triángulo, gracias al programa BUBBLY, un método para detectar enormes burbujas de gas en expansión en el medio interestelar.
El equipo de investigación ha construido una base de datos de superburbujas con observaciones de varias galaxias locales. Con el espectrógrafo bidmensional de muy alta resolución Galaxy Halpha Fabry-Perot System, ubicado en el Observatorio del Roque de los Muchachos, en La Palma, han podido medir estos fenómenos, cuyo tamaño varía entre unos pocos y un par de miles de años luz.