Un equipo de investigadores financiado por el Instituto Nacional de la Salud de Bethseda (EE UU) ha descubierto una nueva vía de lucha contra el VIH, el retrovirus que causa el sida. Hasta ahora, la mayoría de fármacos que se utilizan para combatir el VIH se dirigen a las proteínas del virus. El problema de esta estrategia es que el VIH muta constantemente, por lo que las proteínas cambian y se vuelven resistentes a los fármacos. El nuevo enfoque que propone este estudio, publicado esta semana en Proceedings of the Nacional Academy of Sciences, también tiene como objetivo una proteína, pero esta vez humana. Se trata de la Interleukina2-tirosina kinasa o ITK, una proteína que activa las células T (células defensivas) como parte de la respuesta inmunológica del cuerpo. Los investigadores han descubierto que si se inhibe esta proteína, se dificulta la actuación del VIH en las células T, que consiste en infectarlas y ‘aprovecharse’ de ellas para propagarse.