La robótica ha permitido el diseño de dispositivos duros –que se caracterizaban por su eficacia y precisión– y blandos –que se adaptan mejor y son más resistentes–. Ahora, gracias a la impresión 3D, un equipo internacional de investigadores ha diseñado un robot autónomo de una sola pieza, que integra elementos duros y blandos, y que es propulsado por butano y oxígeno. Estos nuevos diseños podrían utilizarse en el campo de la investigación aeroespacial en el futuro.