Los datos de la era Apolo facilitan nueva información interior profundo de la Luna, según un nuevo análisis de información de hace 30 años del Experimento Sísmico Pasivo de Apolo, que midió las ondas sísmicas del satélite hasta mediados de los 70'. El estudio se publica esta semana en Science. Los nuevos hallazgos confirman lo que los científicos habían inferido del núcleo de la Luna, pero también aportan información directa y precisa sobre su tamaño y estructura. Desde el Experimento Apolo se ha intentado extraer toda la información posible del interior de la luna a partir de esta serie de datos única. Los recientes avances computacionales y metodológicos apuntan hacia la posibilidad de que el reprocesar los viejos datos sísmicos se podrían traer a la luz información que hasta ahora inaccesible. Renee Weber, del NASA Marshall Space Flight Center Huntsville (EE UU) y otros colegas han reanalizado la información Apolo usando un método que se usa para procesar los datos sísmicos en la Tierra. Los datos indican que el centro de la luna (en gran medida como el de la Tierra) consiste de un núcleo interno sólido y otro externo líquido. Pero a diferencia de la Tierra, la Luna también tiene una capa gruesa parcialmente fundida que descansa sobre el núcleo externo. En combinación con los datos sísmicos, un modelo mineralógico sugiere que el núcleo interno rico en hierro contiene menos de seis por ciento de elementos ligeros, como el sulfuro.