Casi 3500 años después de su creación, el busto de Nefertiti, reina de Egipto, sigue guardando secretos. Empeñados en revelar algunos de ellos, un equipo de investigadores del Instituto de Imagenología de Berlín ha examinado la escultura utilizando técnicas de tomografía axial computarizada (TAC). El estudio ha dado sus frutos: los escáneres han descubierto un rostro delicadamente tallado en el centro de la piedra caliza, mostrando así que el busto tiene dos caras ligeramente diferentes (en la imagen), y que fue tallado en proceso con múltiples pasos.
Nefertiti, esposa del faraón hereje Akenatón, es quizás la reina más famosa de las 31 dinastías egipcias, gracias a que su intrigante sonrisa fue inmortalizada en una obra de arte. El encargado de plasmar su belleza en estuco fue el escultor real Tutmosis. De hecho, fue en las excavaciones de su taller donde se encontró el busto en 1912, por parte de una expedición alemana comandada por Ludwig Borchardt. El egiptólogo sacó la pieza de Egipto para llevarla a Alemania, donde se exhibe en el Museo Egipcio de Berlín. La maniobra de Borchardt provocó la reclamación por parte de Egipto, que todavía hoy sigue reclamando que el rostro de la reina vuelva a su tierra.
El estudio del busto, que se publica en Radiology, aporta nuevos datos sobre la escultura y da pistas sobre cómo protegerla de futuros daños.