Las variaciones en el brillo del cuásar Q0957+561, conocido como el “cuásar gemelo” debido a que su imagen llega duplicada a la Tierra, son intrínsecas al propio astro y no son causadas por efectos de la gravedad de posibles planetas o estrellas de una galaxia lejana. Ésta es la conclusión de un estudio en el que han participado investigadores españoles, y con el que se resuelve un misterio que intrigaba a los astrónomos desde hace 30 años.