Una de las preguntas que hace tiempo intrigan a los astrofísicos es qué viene primero, la galaxia o el agujero negro que reside en ellas. Ahora, un equipo de astrónomos del Observatorio Europeo Austral (ESO) ha realizado un estudio que sugiere que los agujeros negros súper masivos “pueden desencadenar la formación de estrellas y así, ‘construir’ sus propias galaxias madres”, según apunta David Elbaz, autor principal. Este hallazgo puede servir para comprender “por qué las galaxias que albergan agujeros negros más grandes tienen más estrellas”.