En 2013 el equipo de IceCube, un detector de partículas enterrado en el hielo de la Antártida, presentó la primera evidencia de 28 neutrinos cósmicos , unas partículas de muy alta energía. Proceden de lejanos aceleradores cósmicos, como los agujeros negros, las explosiones de estrellas masivas y los energéticos núcleos de galaxias.
Ahora, los mismos científicos publican en la revista Physical Review Letters la detección de 21 muones de ultra-alta energía, unas partículas secundarias que se crean en muy raras ocasiones cuando los neutrinos interactúan con otras partículas. El hallazgo ofrece una nueva confirmación de la existencia de estos neutrinos desde dentro y fuera de nuestra galaxia.
En la imagen, uno de los eventos de neutrinos de alta energía detectados tras rastrear millones de partículas en el cielo desde el laboratorio IceCube en el Polo Sur.