Un equipo de investigadores de la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido) ha descubierto que los insectos migratorios, lejos de dejarse llevar por el viento, tienen un sofisticado comportamiento de vuelo. Así, polillas y mariposas son capaces de optimizar sus tiempos de vuelo, de corregir desvíos y seleccionar vientos favorables para aprovechar al máximo sus migraciones de largas distancias.
La posibilidad de comprender y predecir estas estrategias migratorias es fundamental, ya que muchos de estos insectos migratorios son importantes plagas agrícolas. Los resultados se publican en Science.