En la actualidad las salamandras son los únicos tetrápodos que pueden regenerar su cola y sus miembros si los pierden. Esta capacidad se ha relacionado con un desarrollo de los dedos primero y segundo de este animal antes que el resto, aunque el modo en que se produce todavía es desconocido.
Un nuevo estudio, publicado en Nature esta semana, revela que esta habilidad podría remontarse a hace unos 290 millones de años, según sugieren los análisis de los miembros y la cola de algunos anfibios fósiles de esta época como el Micromelerpeton (representado en la imagen).
Los resultados del trabajo, liderado por el Leibniz Institute for Evolution and Biodiversity Science (Alemania), evidencian que el sistema regenerativo propio de las salamandras ya se daba en estas especies extintas y que esta función se daba al menos 80 millones de años antes de lo que indican los primeros registros fósiles.
Según los autores, la formación de nuevas extremidades podría ser un atributo más extendido en el pasado entre los tetrápodos. Estas capacidades regenerativas se fueron perdiendo durante la evolución de estos seres vivos.