Un equipo de investigación ha cuestionado la hipótesis biológica sobre el estadio ancestral alimenticio de los primeros ciervos (Cervidae). Tras analizar el desgaste dental y la morfología funcional de los dientes de esta especie extinguida hace 16 millones de años, el estudio plantea la nueva hipótesis de que ciervos y bóvidos estaban capacitados para una alimentación mixta, lo que les permitió adaptarse a los cambios ambientales que acaecieron durante el Mioceno.
En la imagen, reconstrucción paleoambiental de un posible ambiente del Mioceno inferior. Presenta una típica asociación faunística, dentro de la cual aparece Procervulus, el ciervo pequeño con astas que aparece a la derecha de la figura y centrado. Ilustración: Mauricio Antón.