La capsaicina, un ingrediente del chile, se suele ver como un agente irritante que produce una sensación de quemazón cuando se aplica a una zona sensible del cuerpo. Paradójicamente, este mismo compuesto puede reducir el dolor. Ahora, científicos de la Universidad de Buffalo han conseguido vincular los efectos analgésicos de la capsaicina a un lípido, PIP2, que se encuentra en la membrana plasmática que engloba a las células. Los resultados se publican en PLoS Biology.